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El feminicidio “sí se pudo planear desde la cárcel”; caso Emma Molina Canto

Rebaten a la defensa

“Nunca hubo una muerte más anunciada que la de Emma”, con esa frase inició el asesor jurídico de la señora L. T. C. L. su participación en el juicio contra M. A. M. S. y J. R. M. H., acusados de feminicidio y homicidio agravado, respectivamente, cometidos en contra de Emma Gabriela Molina Canto el 27 de marzo de 2017.

El primer día del juicio comenzó con unos minutos de retraso respecto de la hora programada.

Para la audiencia se tenía programado el testimonial de varias personas, entre ellas la parte denunciante, es decir la madre y el hermano de Emma, y dos testigos claves: un taxista y C. R. R. B., testigo protegido conocido como “El güero”, quien junto con M. A. M. S. y J. R. M. H. habrían planeado la ejecución de Emma Gabriela.

El primero en presentar su testimonio debió ser el testigo protegido, pero solicitó ser el último en declarar, lo que concedió la juez de proceso oral del Tribunal Primero, Fabiola Rodríguez Zurita.

Antes de esto, en sus alegatos de inicio, la defensa de M. A. M. S. señaló que no era viable que su cliente haya sido el autor intelectual del feminicidio, pues en ese entonces, marzo de 2017, el acusado se encontraba en la cárcel de Tabasco y, peor aun, dijo, en una zona de máxima seguridad; por su parte, la defensa de “Cachorro” señaló que la Fiscalía General no buscaba quién cometió el crimen, sino quien lo pague.

Ambos vinculados se reservaron su derecho a declarar, así que la Fiscalía solicitó a la señora L. T. C. L. para dar su testimonio.

La declarante expuso el “infierno” que su hija vivió a lado de su esposo, cómo él la insultaba, la maltrataba y ejercía violencia psicológica sobre la hoy occisa.

Acusó a M. A. M. S. de fabricar delitos, uno de los cuales la llevó a ser detenida y retenida cuatro meses en la misma cárcel donde hoy se encuentra el enjuiciado.

—Por cuatro meses yo visité a mi hija en la cárcel, en esa misma cárcel donde se encuentra ese hombre; en una ocasión una persona nos ofreció facilitarle llamadas telefónicas a mi hija a cambio de dinero. Hubo un día en que yo entré a verla a pesar de que no era día de visita, entré con billetito —dijo refiriendo la corrupción con que se maneja ese penal y de la cual se habría aprovechado M. A. M. S. para planear la muerte de Emma.

La Fiscalía pidió sentencia condenatoria para M. A. M. S. por feminicidio, pues en su momento, indicó el fiscal, planeó la muerte de Emma Gabriela porque ella no quiso regresar con él y continuar con una relación sentimental. Para sustentar su dicho presentó un vídeo en el que se veía al vinculado pidiendo a la difunta que intentaran de nuevo rescatar la relación. Entre la declaración de la mujer, los interrogatorios y contrainterrogatorios pasaron más de 6 horas.

En la tarde y la noche hubo un desistimiento de dos testigos y reagendaron la participación de otro.

Poco después dio su testimonio la esposa de un taxista que supuestamente le hacía servicio de traslado al testigo protegido .

Después tocó el turno de dar su testimonio al mismo testigo protegido. Para escucharlo los jueces se trasladaron a una sala contigua como medida de seguridad. Ante las preguntas de la fiscalía, el testigo respondió a todo. Se solicitó que se declare la audiencia como privada por unos documentos que se necesitaban mostrar. Hasta el cierre de esta edición había un receso.Rebaten a la defensa

“Nunca hubo una muerte más anunciada que la de Emma”, con esa frase inició el asesor jurídico de la señora L. T. C. L. su participación en el juicio contra M. A. M. S. y J. R. M. H., acusados de feminicidio y homicidio agravado, respectivamente, cometidos en contra de Emma Gabriela Molina Canto el 27 de marzo de 2017.

El primer día del juicio comenzó con unos minutos de retraso respecto de la hora programada.

Para la audiencia se tenía programado el testimonial de varias personas, entre ellas la parte denunciante, es decir la madre y el hermano de Emma, y dos testigos claves: un taxista y C. R. R. B., testigo protegido conocido como “El güero”, quien junto con M. A. M. S. y J. R. M. H. habrían planeado la ejecución de Emma Gabriela.

El primero en presentar su testimonio debió ser el testigo protegido, pero solicitó ser el último en declarar, lo que concedió la juez de proceso oral del Tribunal Primero, Fabiola Rodríguez Zurita.

Antes de esto, en sus alegatos de inicio, la defensa de M. A. M. S. señaló que no era viable que su cliente haya sido el autor intelectual del feminicidio, pues en ese entonces, marzo de 2017, el acusado se encontraba en la cárcel de Tabasco y, peor aun, dijo, en una zona de máxima seguridad; por su parte, la defensa de “Cachorro” señaló que la Fiscalía General no buscaba quién cometió el crimen, sino quien lo pague.

Ambos vinculados se reservaron su derecho a declarar, así que la Fiscalía solicitó a la señora L. T. C. L. para dar su testimonio.

La declarante expuso el “infierno” que su hija vivió a lado de su esposo, cómo él la insultaba, la maltrataba y ejercía violencia psicológica sobre la hoy occisa.

Acusó a M. A. M. S. de fabricar delitos, uno de los cuales la llevó a ser detenida y retenida cuatro meses en la misma cárcel donde hoy se encuentra el enjuiciado.

—Por cuatro meses yo visité a mi hija en la cárcel, en esa misma cárcel donde se encuentra ese hombre; en una ocasión una persona nos ofreció facilitarle llamadas telefónicas a mi hija a cambio de dinero. Hubo un día en que yo entré a verla a pesar de que no era día de visita, entré con billetito —dijo refiriendo la corrupción con que se maneja ese penal y de la cual se habría aprovechado M. A. M. S. para planear la muerte de Emma.

La Fiscalía pidió sentencia condenatoria para M. A. M. S. por feminicidio, pues en su momento, indicó el fiscal, planeó la muerte de Emma Gabriela porque ella no quiso regresar con él y continuar con una relación sentimental. Para sustentar su dicho presentó un vídeo en el que se veía al vinculado pidiendo a la difunta que intentaran de nuevo rescatar la relación. Entre la declaración de la mujer, los interrogatorios y contrainterrogatorios pasaron más de 6 horas.

En la tarde y la noche hubo un desistimiento de dos testigos y reagendaron la participación de otro.

Poco después dio su testimonio la esposa de un taxista que supuestamente le hacía servicio de traslado al testigo protegido .

Después tocó el turno de dar su testimonio al mismo testigo protegido. Para escucharlo los jueces se trasladaron a una sala contigua como medida de seguridad. Ante las preguntas de la fiscalía, el testigo respondió a todo. Se solicitó que se declare la audiencia como privada por unos documentos que se necesitaban mostrar. Hasta el cierre de esta edición había un receso. Información Megamedia

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