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La caída de Johanna, la hija de El Mencho

Por Jorge Fernández Menéndez

Para Bibiana, un año más de mi

amiga, compañera y pareja.

Opacada por la llegada del coronavirus, ha pasado desapercibida la forma en que se está cerrando el círculo en torno a Rubén Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, acusado por Estados Unidos de ser el principal introductor de fentanilo en la Unión Americana. A la extradición de su hijo, El Menchito, se ha sumado ahora la detención, en Estados Unidos, de su hija Jessica Johanna Oseguera González.

La joven Johanna fue detenida el miércoles 26 de febrero cuando fue, pensando que no tenía cargo alguno en su contra, a la primera audiencia de su hermano Rubén, luego de su extradición a los Estados Unidos. Poco después del medio día, durante la primera audiencia de su hermano, en un tribunal de la ciudad de Washington, Jessica Johanna, quien tiene ciudadanía estadunidense, fue detenida por autoridades federales que la consideran un integrante en activo del CJNG, una de las principales operadoras financieras de esa organización con actividades, tanto en Estados Unidos como en México, sobre todo de lavado de dinero.

Ni en México ni en Estados Unidos se suele detener a los familiares de narcotraficantes por simplemente serlo (ahí está el caso de Emma Coronel, la esposa de El Chapo, quien vive libremente en la Unión Americana), salvo que se demuestre que se trata de participantes activos en las actividades ilícitas de sus familiares.

Jessica Johanna aseguraba ser una joven importante y respetada empresaria, pero para las autoridades estadunidenses esas actividades se desarrollan a partir de los recursos que obtiene el CJNG, en su país y en México, del tráfico de drogas, la explotación ilegal de minas (muchas de las veces literalmente expropiadas a sus legítimos propietarios) y el robo de combustibles. Con esos recursos Johanna invertía en México y Estados Unidos en restaurantes, hoteles, una empresa tequilera, varias de alimentos, todas a su nombre y de algunos de sus amigos.

También Johanna, una joven bella y con porte distinguido, se encargaba de la cooptación de políticos y funcionarios públicos, sobre todo de jueces y magistrados federales (algunos de ellos ya removidos por el Consejo de la Judicatura) que conforman la estructura de protección que le ha permitido a varios integrantes del CJNG salir en libertad rápidamente luego de ser detenidos. El caso de su hermano, El Menchito, es paradigmático al respecto, pues antes de ser extraditado recibió varias condenas absolutorias y estuvo a punto de quedar en libertad, argumentando que en realidad no era hijo de El Mencho.

Johanna es esposa de otro destacado narcotraficante: Julio Alberto Castillo Rodríguez, quien ya en dos ocasiones ha sido detenido por fuerzas militares –el 23 de junio del 2015 y el 6 de abril de 2016– y en las dos oportunidades fue puesto en libertad por la red de jueces que manejaba su esposa. Castillo Rodríguez es líder de una de las células del CJNG que trafica con cocaína desde Colombia y que ha pasado ya hacia las drogas sintéticas y el fentanilo. Es apodado El Chorro, y es considerado uno de los principales operadores del CJNG en Guadalajara y Manzanillo, dos plazas claves para la estructura del cártel.

El Mencho siempre dispuso en torno suyo de una estructura basada en familiares y gente muy cercana. La extradición de su hijo, El Menchito, y la detención de su hija Johanna, de las más cercanas y queridas por el capo, con la que tenía comunicación directa y era su principal operadora financiera personal, afectan seriamente su capacidad, porque, además, Johanna también tenía una fuerte relación con uno de sus medios hermanos, hijo también de El Mencho, Juan Carlos González, apodado El Pelón o el 03, quien busca quedarse con la sucesión en el mando del cártel.

Recordemos que El Mencho está enfermo, sufre de graves problemas renales, y su capacidad de operación está muy disminuida. El Pelón, ante la detención de Johanna, busca quedarse ahora con toda la estructura financiera que manejaba su media hermana para consolidar sus propios espacios.

En toda esta lucha interna de poder, donde no es descabellado que existan delaciones y golpes internos dentro del cártel en busca de la sucesión, el principal beneficiario es Gonzalo Mendoza Gaytán, El Sapo, porque, controlando buena parte del occidente de Jalisco y la zona de Vallarta, con amplio margen de autonomía, ve cómo la estructura personal y familiar de El Mencho se debilita cada vez más.

Si a eso se suma que con la detención de Johana las autoridades se acercan cada vez más tanto al Mencho como a su otro hijo Juan Carlos González, perseguido muy de cerca por las autoridades, El Sapo, quien, como dijimos en otra ocasión, está fortaleciendo su estructura con sicarios y operadores de otros grupos, sobre todo colombianos, se podría quedar muy rápidamente con el mando del CJNG. Información Excelsior.com.mx

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