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La UNAM está lejos de ser perfecta: como todo en este país, tiene problemas en su interior y cosas que se deben atender y mejorar. Sin embargo, pese a todo, es una de las grandes instituciones que tenemos, uno de los grandes orgullos que tiene México. Un legado que le pertenece a cada una y cada uno de los niños, niñas, mujeres, hombres y todas las personas que residen en territorio nacional.
Pero ahora, la Máxima Casa de Estudios, que tantas alegrías nos ha dado como nación, una que está acostumbrada a perder en todo, como en el futbol, pero que puede presumir tener una de las mejores universidades de Hispanoamérica, está siendo torpedeada con la intención de desacreditarla y hacerle perder su prestigio.
Y todo por un capricho: sostener a la ministra Yasmín Esquivel, quien busca la presidencia de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación y que, como todo parece arrojar, plagió su tesis de licenciatura.
En un grave error de la 4T, que lejos de condenar a la ministra y retirarle su apoyo, este tema se ha convertido en una guerra personal: ahora la estrategia es dinamitar la credibilidad de la UNAM y acusarla de estar secuestrada por los conservadores y manipular información y archivos con tal de perjudicar a Esquivel y a Morena.
Caso ministra Esquivel: reportan que Fiscalía de CDMX concluyó que no plagió tesis
En los últimos días, cuentas e influencers de Morena se han dedicado a acusar, sin pruebas, que toda la información del plagio es fake, además de que acusan a la UNAM de meter mano negra para defender a los enemigos de la Cuarta Transformación.
Lo cual es un despropósito. Todo el prestigio de la Máxima Casa de Estudios, de sus estudiantes, de sus egresados, de todas las personas que pertenecen a esta institución, se está echando por el drenaje por culpa de una pugna política y el interés presidencial de tener control en la Corte.
Es cierto que hay grupos de poder dentro de la UNAM. Sería ingenuo negarlo. Pero es sumamente grave que, a través de una campaña de mentiras, se lastime su prestigio y honor sólo por defender a una ministra que, como todas las pruebas arrojan, cometió un plagio y se sigue hundiendo más.
Los valores de Morena eran no robar, no mentir y no traicionar al pueblo. En este caso está haciendo las tres cosas y dañando con ello a una de las mejores instituciones que tiene el país.
A la UNAM hay que cuidarla, mejorarla… no dinamitarla.
El caso se pone más turbio
Y respecto a la ministra Esquivel, su caso se pone cada vez más turbio: la propia UNAM acreditó que sí hay plagio y la evidencia demuestra que la tesis original fue la presentada por Édgar Ulises Báez Gutiérrez, en 1986, y no la de Esquivel, que data de 1987.
Además, la Máxima Casa de Estudios descartó que haya habido manipulación de archivos digitales, como acusó la ministra.
Pese a ello, Esquivel asegura que su tesis es original y que Édgar Ulises Báez Gutiérrez admitió haber plagiado, por lo que presentó una denuncia en su contra.
Sin embargo, en una entrevista exclusiva con el diario Eje Central, Báez Gutiérrez, quien vive con neumonía y cataratas en los ojos, señaló que su tesis es la original y que la ministra le copió.
La Fiscalía de la Ciudad de México, no obstante, le dio la razón a Esquivel: ella fue la plagiada.
El caso se pone cada vez más turbio y nos puede meter en una crisis constitucional. Información Radio Fórmula
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