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MÉRIDA, YUC., 12 DE DICIEMBRE DE 2025.- Para visibilizar una necesidad histórica y de reconocimiento a los corredores mayores de 60 años de ese entonces, a los 56 años de edad en 2006, Sergio Iván Pereira Gamboa se convirtió en fundador de la ya tradicional Carrera y Caminata Guadalupana, una aventura que ya lleva 19 ediciones consecutivas, demostrando que la fe y la disciplina pueden más que el tiempo y de alcanzar la meta y objetivos trazados sin importar la edad.
Con visión y firmeza, Sergio Iván propuso en esa primera edición la creación de la categoría “Veteranos Plus”, argumentando que la edad no debía convertirse en un obstáculo para competir dignamente. Su petición fue escuchada siete años después. Al finalizar esa edición, fue invitado sorpresivamente al podio para recibir un reconocimiento que marcó su historia y la de la competencia.
Así, en 2013, su propuesta se materializó: nacieron formalmente en esta carrera las categorías “Veteranos” y “Veteranos Plus”, hoy un espacio que permite competir en igualdad a quienes mantienen el espíritu deportivo más allá de los 60 años.
Hoy, a sus 75 años, Sergio continúa participando con firmeza en esa misma categoría. Su presencia constante no responde únicamente al desafío deportivo, sino a una motivación profunda que lo guía año con año: Correr en honor a la Virgen de Guadalupe como un acto de devoción, correr como ofrenda de agradecimiento a los favores recibidos de fe, correr por salud para para mantenerse activo, con vida sana, lejos de vicios y como un ejemplo para sus hijos, para los niños y para la juventud.
“Correr la Carrera Guadalupana no es solo deporte, sino un acto de unión y una expresión de fe que convierte cada paso en un rezo y cada kilómetro en un gesto de amor hacia la Virgen Morena. Es reconocer nuestras raíces, identidad y fuerza que estas celebraciones dan a la comunidad”, señala el veterano corredor, quien también es Secretario de Atención Indígena y Pueblos Afroamericanos del Comité Directivo Municipal de Mérida que preside Rafael Echazarreta Torres.
Su historia recuerda que la verdadera victoria no está en los primeros lugares, sino en la capacidad de inspirar a otros a cuidar su salud, a honrar sus tradiciones y a mantener viva la llama de la fe guadalupana.
