En apenas cuatro meses, el gusano barrenador del ganado completó su avance por el sureste mexicano: desde el primer caso humano detectado en Chiapas en abril de 2025 hasta el paciente confirmado en Izamal, trazando una ruta epidemiológica que replica el corredor migratorio centroamericano y que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias ante una plaga que se creía erradicada desde 1990.
El mapa de propagación revela un patrón que comenzó en 2023 con el resurgimiento de la Cochliomyia hominivorax en Centroamérica. Nicaragua se convirtió en el epicentro regional con 117 casos humanos confirmados, seguida por Honduras (64 casos), Panamá (61) y Costa Rica (40). Guatemala reporta 4 casos, El Salvador 3, mientras Belice registró su primer infectado simultáneamente con Yucatán en este mes, sumando más de 289 casos centroamericanos documentados en apenas dos años.
La entrada a México siguió la ruta natural del istmo: el 15 de abril de 2025, Acacoyagua, Chiapas —a solo 40 kilómetros de la frontera con Guatemala— reportó el primer caso nacional en una mujer de 77 años. Para junio, el estado fronterizo acumulaba 21 casos confirmados, principalmente en municipios rurales colindantes con Centroamérica. La plaga continuó su marcha hacia el norte alcanzando Campeche con 2 casos en julio, hasta completar el circuito peninsular con el paciente de Izamal, quien fue tendido y dado de alta en días pasados.
Los datos epidemiológicos muestran una velocidad de propagación alarmante: mientras Centroamérica tardó casi dos años en acumular sus primeros 200 casos desde el resurgimiento en 2023, México registró 23 casos en solo cuatro meses. La distribución geográfica no es aleatoria: el 91% de los casos mexicanos se concentran en Chiapas, específicamente en municipios con alta actividad ganadera y población rural vulnerable, patrón que se replica en los países centroamericanos más afectados.
El caso yucateco enciende las alarmas por tratarse del primer registro en la península después de 35 años sin reportes. Aunque el paciente —originario de Tabasco pero residente en Izamal— fue dado de alta del Hospital Regional de Alta Especialidad tras tratamiento exitoso, su diagnóstico confirma que el parásito ya cruzó las barreras naturales del Usumacinta y las selvas de Calakmul que históricamente contenían su avance hacia el norte.
La cronología revela que el gusano barrenador tardó 28 meses en recorrer los 2,400 kilómetros desde Nicaragua hasta Yucatán, avanzando a un promedio de 85 kilómetros por mes siguiendo corredores ganaderos y rutas comerciales. Con 312 casos humanos confirmados en toda la región y una tasa de propagación que se acelera en lugar de disminuir, los epidemiólogos advierten que sin medidas de contención inmediatas, los estados del Golfo de México podrían enfrentar brotes significativos antes de que termine 2025, convirtiendo una plaga del pasado en una crisis sanitaria del presente.
Información de Reporteros Hoy
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