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Las prisas en Dos Bocas

Por Pascal Beltrán del Rio

Aún faltan tres semanas para la toma de posesión del nuevo gobierno, pero eso no impide que su primera obra ya se esté edificando.

En el puerto de Dos Bocas, del municipio de Paraíso, Tabasco, se está aplanando una superficie de 600 hectáreas para levantar allí la nueva refinería de petróleo que el candidato Andrés Manuel López Obrador ofreció construir en su campaña electoral.

La zona fue explorada hace 500 años por el conquistador Juan de Grijalva, cuya flotilla bordeó la costa del actual estado de Tabasco en una expedición que partió de Santiago de Cuba.

En su “Itinerario de la armada”, escrito en 1518, Grijalva describe los asentamientos de indígenas ahualulcos del litoral poniente de Tabasco, entre ellas las que bautizó como La Rambla y Dos Bocas.

Ese último lugar fue llamado así porque cuenta con dos bahías naturales, que serían aprovechadas siglos después para que Petróleos Mexicanos construyera allí un puerto industrial, a fines de los años 70, durante el boom de hidrocarburos del país, para recibir el crudo de los campos de la Sonda de Campeche.

Hoy en día, Dos Bocas –que comenzó a operar en 1982– es uno de los principales puertos petroleros del país por los volúmenes de carga y el número de embarcaciones que atiende.

Durante esta década, amplió su capacidad de operación para recibir barcos de hasta 30 mil toneladas y 190 metros de eslora.

La importancia de Dos Bocas podría dar un salto —al menos en la inversión que se le destina— si se concretan los planes de la refinería.

Éstos han avanzado de manera sorprendente. Sin que el lopezobradorismo se haya hecho cargo de los gobiernos federal y de Tabasco, la superficie de 600 hectáreas ya se limpió y aplanó.

Y, de acuerdo con Adán Augusto López Hernández, próximo mandatario estatal, está ya casi listo para que Andrés Manuel López Obrador coloque la primera purga de lo que será la refinería. Esto ocurriría en los primeros días de diciembre.

Llama la atención lo que López Hernández reveló la semana pasada a los medios: que la UNAM está a cargo de los estudios de mecánica de suelos y que personal de Pemex limpió y preparó el terreno.

Todo eso ha ocurrido, insisto, sin que se hayan estrenado los gobiernos de López Obrador y López Hernández.

¿Cómo habrá sido posible? Quién sabe. Tampoco está claro cómo se destinarían 50 mil millones de pesos del Presupuesto de Egresos 2019 al proyecto de la refinería de Dos Bocas –como ha adelantado López Obrador– sin que existan los estudios de utilidad pública e impacto ambiental que por ley deben elaborarse.

Construir una refinería en tiempos en que muchos países están contemplando prohibir la construcción de motores de combustión interna en el curso de las próximas dos décadas debiera ser motivo de análisis serios.

El Presidente electo ha dicho que la refinería estará lista en tres años y que servirá para abaratar el costo de los combustibles del país y crear diez mil empleos. Si se logra terminar la obra en ese lapso será todo un récord.

Lo indudable es la prisa con la que está avanzando el proyecto. No sólo se ha probado con este caso que no se necesita estar en el gobierno para hacer obra, sino que, en septiembre pasado, también se modificó la legislación estatal en Tabasco para poder adjudicar de forma directa los contratos de quienes participarán en la construcción de la refinería.

Buscapiés

Me parece normal que el Congreso de la Unión legisle sobre el uso recreativo de la mariguana. La regulación no debe quedar sujeta a la jurisdicción de la Suprema Corte y decisiones administrativas de la Cofepris. Sin embargo, no entiendo que la iniciativa proponga permitir fumar mariguana en la vía pública. Uno actualmente no puede destapar una cerveza en la calle sin ser detenido y eso está muy bien. No se limita la libertad por obligar a quienes fumen mariguana a hacerlo en casa. Quizá haya quien alegue que se permite fumar tabaco en la vía pública, pese a que también se trata de una droga. Cierto, pero los efectos del tabaco nada tienen que ver con los de la mariguana, igual que los del café (otro estimulante) nada tienen que ver con los de la cerveza y otras bebidas alcohólicas.Información Excelsior.com.mx

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