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Ya se comienza a ver la bandera a cuadros calda vez más cerca. Este domingo, el último domingo de abril, será la última oportunidad de la oposición contra el oficialismo. Y después, ya no hay más.
Salvo que pase un evento catastrófico, tal vez ni así, Claudia Sheinbaum hará historia y se convertirá en la primera presidenta de México. Hoy en día va ganando por goleada, pero no cualquier goleada, no es un 3-0 entre equipos de la Liga MX en un viernes botanero, sino una goleada de escándalo, como Alemania contra Brasil hace 10 años en el Estadio Mineirão: 7-0 con pocos minutos restantes para el pitido final.
En aquella ocasión, el humillado anfitrión logró sacar el de la honra al minuto 90 gracias a Oscar, hoy capitán del Shanghai Port Football Club, donde se exilió desde 2017 tras salir del Chelsea. La oposición pasa por un momento similar, pero con algunas diferencias: aún le queda un mes de campaña y dos debates presidenciales para tratar de revertir la ventaja.
Por lo tanto, hay una pizca de esperanza. Una luz al final del túnel. Aunque más bien parece un cerillo prendido en medio de una tormenta invernal. De acuerdo a la más reciente encuesta de El Financiero, publicada este viernes, el marcador no se movió ni un milímetro tras el primer debate, Claudia le saca los mismos 17 puntos que le sacaba a Xóchitl el mes pasado. Ergo, se antoja complicado que el segundo encuentro, que se llevará a cabo este 28 de abril en los Estudios Churubusco, vaya a cambiar de forma trascendente las tendencias electorales.
Sin embargo, si en el futbol el último minuto tiene 60 segundos y en el béisbol esto se acaba hasta que se acaba, las candidaturas opositoras aún no están del todo derrotadas y en mayo puede ocurrir un milagro: para eso necesitan dar un debate espectacular, no cometer errores y acelerar el paso en las últimas cinco semanas que restan de campaña.
La evidencia, no obstante, arroja todo lo contrario. La coalición opositora entre el PRI-PAN-PRD parece más enfocada en pelearse con un meme de redes sociales, una calaca que dice que “Un verdadero hombre no habla mal de López Obrador”, viral desde el año pasado y ahora más popular que nunca entre la juventud, la cual se divierte de ver cómo los mayores no le entienden, que en presentar un proyecto de nación alternativo a la autodenominaba 4T.
Quien parece estar entendiendo mejor al voto indeciso de clase media, de manera particular al voto joven, es Jorge Alvarez Máynez, quien, es probable, puede ser la gran figura del segundo debate presidencial e impulsar su crecimiento. Aunque quién sabe si sea suficiente para dar la voltereta en el marcador electoral.
El domingo es la última gran oportunidad para cambiar el rumbo de la contienda. El último encuentro será de mero trámite, una jugada como la que tuvo Oscar contra el alemán Neuer en el 2014. Xóchitl tiene que salir a darlo todo. Máynez deberá apoyarse en su carisma y en su proyecto que puede seducir a los desencantados con el obradorismo, pero que no quieren sufragar por el PRI ni el PAN. Y Claudia, la puntera, a defender el resultado y, si puede, meter uno o dos más goles.
Información Radio Fórmula