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Aunque falta poco más de un año para el Mundial 2026 y resulta ocioso adelantarse al futuro; la Selección Mexicana vive un presente en el que, a pesar de sus triunfos, no convence a nadie. Más allá de que sea un equipo que le podría costar trabajo sostener una posición privilegiada en la próxima Copa del Mundo, en la que será coanfitrión, la actualidad del equipo mexicano es más urgente. Es necesario que, para constituir un grupo sólido, en lo que le resta de preparación rumbo al próximo verano, que la Selección Nacional tenga una buena participación, para empezar en esta Copa Oro; después, en cada uno de los siguientes partidos de preparación. En los partidos previos al inicio del torneo continental, contra Suiza y Turquía, hubo algunas pruebas en las que se intentaron algunas variantes, que sí caben en partidos de preparación, pero que no tuvieron un impacto positivo en el rendimiento del equipo; para el partido inicial de Copa Oro, incluso de cambió el parado del cuadro, jugando con dos centros delanteros, la dupla Giménez-Jiménez, que participó de manera directa en el segundo gol de México, pero que se quedó corta en cuanto a las expectativas que se pueden generar a través de la conjunción de los delanteros mexicanos que juegan en dos ligas de renombre.
Pero la dupla de abrillantados delanteros necesita juego de conjunto, una media cancha que pueda surtir de balones el área; jugadores por las bandas que sean desequilibrantes, que lleguen al fondo y puedan poner un pase preciso para que uno de los dos arietes remate. La generación de fútbol es una de las dolencias del equipo mexicano; a pesar de tener buenos jugadores en el centro del campo, no se ha encontrado la combinación acertada para tener un medio campo que genere lo necesario para que la delantera pueda marcar más goles de lo que se logró en el partido contra República Dominicana. Pero no solo es el medio campo lo que se debe atender; la defensa mexicana tampoco ha estado del todo fina, en tres partidos, los dos de preparación y el primero de Copa Oro, el equipo ha recibido seis goles, contra Turquía salió sin daño, pero para la Selección Mexicana que un equipo caribeño le anote dos goles, parece mucho.
Hay que reconocer que los rivales del área han tenido cierto crecimiento futbolístico; no es lo mismo la CONCACAF de hace 20 años. Hoy han mejorado, sobre todo, en la capacidad de ofender a su rival. Poco se esperaba que República Dominicana tuviera la opción de anotar dos goles en contra de la Selección Mexicana, sin embargo, sus individualidades, más un manejo adecuado del grupo, lograron que el equipo caribeño pusiera los nervios mexicanos en alerta. Dos de los tres goles mexicanos cayeron gracias a jugadas a balón parado, dos tiros de esquina, algo de lo que muchos equipos adolecen, incluido el mexicano; pero que los equipos caribeños sufren realmente. Las goleadas de dos dígitos sobre las selecciones de las islas del Caribe han quedado muy atrás en el tiempo, hay un significativo avance, con Jamaica como punta de lanza, gracias a la exportación de jugadores a ligas, sobre todo, europeas; sin importar que estas sean de divisiones menores como La Liga 2 o en la Primera División de países como Rusia y Bolivia; que si bien no son las ligas más competitivas, sí ofrecen una experiencia de fogueo internacional con el que muchos jugadores mexicanos, incluso de selección, no cuentan.
El próximo partido de la Selección será contra Surinam, un equipo que cuenta con jugadores también repartidos en varias ligas europeas, incluyendo una relación cercana con Países Bajos; el equipo surinamés cuenta con un número mayor de elementos que juegan en Europa que la propia Selección Mexicana, con el mismo efecto que el equipo dominicano; si bien no están en equipos de primer jerarquía, sí cuentan con la experiencia, y fortuna, de poder salir de su fútbol doméstico sin que se sientan afectados los intereses económicos por los que los jugadores mexicanos son retenidos en la liga local. Al final, el diagnóstico es el mismo; mientras los equipos que hace veinte años, o más, parecían muy alejados del fútbol moderno, de alguna manera han alcanzado objetivos concretos y a corto plazo para, en ese lapso, poder complicarle un partido a las selecciones que han dominado el torneo continental, como México o Costa Rica. Para la Selección Mexicana debe haber un tipo de alerta por enfrentar a Surinam que en su partido inaugural complicó, y de qué manera a Costa Rica de Miguel Herrera forzando el marcador hasta un 4–3 con la ventaja para los ticos, que también terminaron con el mismo nervio de ser empatados que México en su partido contra Rep. Dominicana. Información Radio Fórmula
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