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La Selección Nacional jugó el pasado sábado su primer partido de preparación para todo lo que le espera a partir de éste próximo verano; Copa Oro, un par de partidos con selecciones asiáticas y la preparación en 2026 rumbo al siguiente Mundial. El partido contra Suiza, que se jugó el fin de semana, en el Estadio de la Universidad de Utah que no lució abarrotado, como se esperaba, reflejo de las nuevas políticas migratorias en Estados Unidos, aunado a que la Selección no pasa por un momento de gran convocatoria en las gradas. Aún habiendo ganado la Liga de Naciones de CONCACAF, pesan más las eliminaciones tempranas de Mundial y Copa América que, además, se jugó en territorio estadounidense, por lo que la desilusión para la afición paisana, fue grande. La Selección Mexicana tiene varias oportunidades para resarcir la relación con los aficionados que le siguen en Estados Unidos; es un mercado muy importante que se traduce en buenos ingresos, cuando hay estadios llenos, por lo que descuidarlo desde el ámbito deportivo no parece ser una buena opción.
En el partido contra Suiza, el equipo mexicano ofreció muy poco, pero tuvo momentos en el partido que parecen mostrar cierta idea delo que se pretende; el equipo mexicano tuvo algunas oportunidades al principio del encuentro que no fueron aprovechadas, la confianza se gana logrando terminar las jugadas, que eventualmente, se espera sean goles. Siempre se busca ganar, pero la derrota debe ser una lección para trabajar en las zonas que aún no parecen sólidas en el conjunto. Los partidos de preparación sirven para observar tanto jugadores como sistemas de juego; México salió a la cancha el sábado con un parado y un cuadro titular que no habían sido probados en un partido; lo que más se notó fue el nerviosismo y la desconcentración de jugadores que han hecho lo posible por ganarse un llamado en la convocatoria, por lo que algunos errores se pueden justificar con el hecho de que saltó a la cancha un once titular que nunca había jugado junto.
El Mundial se encuentra lejos en el calendario, no hay porque encender las alarmas con tanta antelación; el equipo mexicano puede jugar mejor, seguro lo hará. Una vez que se vaya cerrando la lista de jugadores convocados, podrá haber un reflejo más cercano a lo que se pretende desde el banquillo técnico; en las actuales convocatorias, hay jugadores con los que se necesita trabajar mucho más que incluso parecen que no es meritorio su llamado a Selección. Algunos de ellos son muy jóvenes aún, necesitan más fogueo, pero cabe el cuestionamiento si la Selección Mayor es el espacio para que estos jugadores generen la experiencia necesaria, cuando al primer equipo ya deben llegar los jugadores con mayor y mejor recorrido.
La Selección Mexicana tiene un siguiente partido de preparación contra Turquía, un equipo fuerte, tanto físicamente, como mentalmente, que juega en las clasificaciones europeas, por lo que hace tiempo no logran la clasificación a un Mundial, el último fue en Corea-Japón 2002; pero esto le convierte en una selección competitiva, con sed de triunfo. México podrá hacer algunas modificaciones, en la parte baja, incluyendo partería para tratar de mostrar otra cara en comparación con la actuación ante Suiza. El futuro inmediato del equipo mexicano, incluye la Copa Oro, el próximo sábado se vera acción contra República Dominicana; el torneo continental es el objetivo más importante para ir recuperando algo de lo perdido en el último ciclo de cuatro años, en el que el fútbol mexicano ha ido perdiendo en lo deportivo.
Hay un desencanto marcado por parte de la afición hacia el equipo mexicano, tanto que, adelantándose, ya empieza a desilusionarse del posible papel en el Mundial de 2026. Falta mucho tiempo, pero la Selección debe empezar a convencer, un partido tras otro, para cambiar la percepción de una afición que solía ser incondicional, pero que se empieza a cuestionar sobre el verdadero nivel del futbolista mexicano, comparándolo con aquellas selecciones que, tal vez no tenían la mejor calidad, que de igual forma no llegaron al quito partido en un Mundial, pero que vendieron cara la derrota. Más allá de la calidad futbolística, lo que más añora el aficionado nostálgico, es la entrega por la camiseta. Información Radio Fórmula
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