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La decisión de Margarita

Por: Jorge Fernández Menéndez

Quien crea que la renuncia de Margarita Zavala al PAN y su inscripción como independiente ha cerrado la disputa interna en ese partido, se equivoca. En realidad, esa lucha apenas comienza. Es verdad que Ricardo Anaya ha copado las posiciones de dirección del partido, pero también lo es que no tiene control de la mayoría de los gobernadores ni tampoco hegemoniza los grupos parlamentarios.

En la Cámara alta, más allá de los llamados senadores rebeldes (cuyo número engrosa día con día), muchos otros están a la espera del desenlace interno para hacer pública su posición, con un coordinador, Fernando Herrera, que no atina a realizar más política que trasladar las órdenes de Anaya a un grupo parlamentario que no le responde. En Diputados hay más anayistas, pero pocos con un compromiso real con el presidente del partido, muchos otros responden a sus gobernadores.

La mayoría de éstos simpatizan mucho más con Margarita que con Anaya, algunos lo han expresado públicamente, otros no, pero todos están viendo cómo evoluciona el proceso porque lo que necesitan es colocar a los suyos en las listas de diputados y senadores para el 2018 y será, entonces, cuando tomen posición pública.

Por eso no habrá renuncia masiva, le darán la lucha a los anayista dentro del propio partido, pero también del Frente. El martes pasado cuando se reunieron Anaya y Margarita, el presidente del PAN fue terminante: no habría elección abierta de candidato para el Frente y le aseguró que el candidato sería él mismo, que ya estaba acordado. Eso fue lo que detonó la ruptura. Evidentemente, ese acuerdo existe con Alejandra Barrales y con Dante Delgado, dirigentes del PRD y de MC, pero salvo en el caso de Dante ni en el PAN ni, tampoco, en el PRD existe consenso de que Anaya sea candidato presidencial y Barrales para la Ciudad de México.

Miguel Ángel Mancera ha sido enfático en apoyar un método democrático de elección. Nueva Izquierda, para la Ciudad de México, ya ha propuesto a Ricardo Monreal y hay varios otros aspirantes en puerta. Muchos de los panistas que apoyan a Margarita y a Rafael Moreno Valle creen que la situación de Anaya puede convertirse en insostenible y que se verá forzado a convocar a una elección abierta si quiere mantener el Frente, y ahí se abriría el espacio para la participación de Zavala (ya como independiente), de Moreno Valle, de Mancera y de Silvano Aureoles, entre otros porque muchos insisten en apostar más a propuestas ciudadanas. Si eso no ocurre habrá un efecto dominó de rupturas en PAN y PRD,
y habrá que ver si el Frente logra sobrevivir.

Por lo pronto, según las cifras más conservadores, Zavala, como independiente, tendría, por lo menos, un 13 por ciento de sus votos. La pregunta es qué hará con ese capital político más allá de inscribirse como independiente. Ese porcentaje muy fácilmente la convierte en factor en el 2018 para la elección, pero también en el inevitable gobierno de coalición que tendrá que construirse en el futuro.

La decisión de Margarita detona muchas de las certezas para el 2018, mismas que ya habían sido trastocadas por las consecuencias políticas de los sismos del 7 y 19 de septiembre. Nada está definido.

Pero esa renuncia ha exhibido también la catadura de algunos personajes. Lo del exgobernador de Baja California, Ernesto Ruffo es detestable y de una brutal misoginia, calificar a Margarita de pus del PAN lo exhibe. Cuando lo quiso arreglar y dijo que hablaba de los senadores rebeldes de su propio partido (sus compañeros de bancada), le fue peor. Ruffo es uno de esos personajes que no tiene la legitimidad para hablar de transparencia y alturas morales. Fue, sí, el primer gobernador de la oposición en el país, gracias a un acuerdo político que alcanzaron en 1989 el presidente Salinas con la entonces dirigencia del PAN, pero dilapidó esa gubernatura y más grave aún, su gente, incluyendo su hermano Claudio, le entregaron el control de Baja California a los Arellano Félix. Muchos priistas siguen recordando hasta el día de hoy que quien más se opuso a que se entregara aquella gubernatura a Ruffo fue Luis Donaldo Colosio, asesinado en Tijuana durante el gobierno del propio Ruffo. ¿Desde cuándo Ruffo puede presentarse como un adalid de la transparencia, altura política y moral del panismo?

Lastimosa también la actitud de López Obrador. Viendo la división de sus adversarios decidió intervenir y desde su óptica hace bien, pero esa misoginia incontrolable de Andrés Manuel, esa insistencia en llamar a Margarita Zavala (una mujer con atributos propios, se esté o no de acuerdo con ella) como “la esposa de Calderón”, es un símbolo de su desprecio por las mujeres. En esa lógica, Andrés Manuel podría ser “el esposo de Beatriz”, aunque sin duda le quedaría mejor “el papá de Andy”, su autoproclamado sucesor.

Por cierto, ese desprecio por las formas del dirigente de Morena se ha vuelto a exhibir en la conformación del comité financiero de ese partido para recabar el apoyo para los damnificados del sismo. Una de sus principales figuras del comité es nada más y nada menos que René Bejarano, que de conseguirle billetes a López Obrador sabe y sabe mucho. Todos lo vimos. Información Excelsior.com.mx

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