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“¿Qué va a pasar? Va a haber trancazos…”

 Por: Francisco Garfias

 Los llaman “halconcitos”. Son apenas adolescentes. Trabajan para el crimen organizado. Ganan entre 10 y 12 mil pesos al mes por alertar a los malosos, que roban combustible, de cualquier movimiento de las fuerzas federales, según Diódoro Carrasco, secretario de Gobierno en Puebla.

Trabajan en los siete municipios poblanos del llamado “Triángulo Rojo”, por donde pasa el poliducto Minatitlán-Estado de México, que abastece de combustible al centro del país.

Uno de esos municipios es Quecholac, escenario de los violentos enfrentamientos, ayer, entre militares y huachicoleros. Hubo diez muertos —cuatro soldados y seis delincuentes—, 11 heridos y 14 detenidos.

Lamentablemente, el sangriento episodio dejó al descubierto que una parte de los pobladores del citado municipio es cómplice del crimen organizado. Es el caso de pobladores de Palmarito Tochapan.

Bloquearon durante horas la autopista Orizaba-Puebla para denunciar la “desaparición” de 13 personas y exigir, fíjese nomás, la salida de las fuerzas federales de la zona y el cese de los operativos.

En otras palabras, les pidieron a las autoridades locales y federales que “abran cancha” para que los huachicoleros se roben tranquilamente el combustible, que después revenden por debajo de los precios oficiales.

Es lo que se llama “la contaminación de la población”: trabajadores que en la mañana son choferes, albañiles, electricistas, en la tarde se convierten en huachicoleros.

Nos enteramos después de que los 13 presuntos “desaparecidos” que reclaman los pobladores de Palmarito, están detenidos por robar combustible.

Interrogado sobre las inaceptables demandas de los pobladores que durante horas bloquearon la autopista Orizaba-Puebla, Diódoro reviró: ¿Y su nieve de qué la quieren?

El robo de combustibles es un fenómeno que empezó a agravarse hace ocho años en Puebla, cuando grupos como Los Zetas diversificaron sus actividades. Es un negocio redondo. Proporcionaba al crimen los grandes flujos de efectivo que necesitaba para desarrollar otras actividades.
Antes de la entrada de los cárteles al negocio, el fenómeno existía, pero a escala muy pequeña. Las “banditas” —como las llama Carrasco— fueron eliminadas o incorporadas a esta actividad ilícita que, a escala nacional, le produce a Pemex un daño patrimonial cifrado en miles de millones de pesos.

El gobierno federal no vislumbró los alcances del fenómeno. Dejó crecer, dejó hacer. La cosa se salió de control. Tuvo que entrar el Ejército. Al “Triángulo Rojo” de Puebla llegaron recientemente más de 500 soldados, al mando de la Coordinación de Pemex.

Cuatro de ellos ya no son de este mundo.

El gobierno del estado no tuvo más remedio que entrarle al combate al crimen organizado, a pesar de que no es de su competencia. Se creó el Grupo Puebla de Coordinación, en el que participan autoridades de los tres órdenes de gobierno.

El combate a los huachicoleros se endureció. “¿Qué va a pasar? Va a haber trancazos, porque estamos actuando”, anticipó Carrasco.

Y dio un ejemplo: En todo 2016 se recuperaron 200 mil litros de combustible, mientras que en los tres últimos meses, esa recuperación se elevó a más de un millón de litros. Hay siete gasolinerías clausuradas, 84 detenidos y se han rescatado 500 vehículos robados”.

Nos escribió Chucho Ortega, exjefe nacional del PRD, luego de la intervención que tuvimos en la sección “Los Jueves de Pancho Garfias”, que se transmite en el programa matutino de Luis Cárdenas, en MVS.
Abordamos, entre otras cosas, el tema del “diezmo” que Delfina Gómez, candidata de Morena al gobierno del Estado de México, cobraba a los trabajadores cuando era alcaldesa de Texcoco.

Dijimos —y lo sostenemos— que eso de cobrar el “diezmo” es una vieja práctica que existe en el PRD desde los tiempos en que Andrés Manuel López Obrador era el jefe de gobierno del DF y en el PRD de Los Chuchos.

Tengo muy presente una amarga queja de René Arce cuando fue senador del PRD —partido al que renunció en 2009, siendo Ortega presidente— por el descuento en su dieta.

Dice el mensaje de Chucho: “Descontar salario a trabajadores es un delito. Delfina lo cometió. Dijiste que eso no es nuevo y que en el PRD eso se hacía no sólo con AMLO, sino también en los tiempos de Chucho.

“Cuando fui coordinador de los senadores (algunos) se obligan a pagar su cuota estatutaria. Pero a ninguna persona que labore en el GPPRD, o en cualquier instancia del partido, se le puede descontar arbitrariamente, sin su consentimiento, su salario, para cualquier causa o por cualquier razón. Yo nunca podría haber autorizado eso”, aseguró.

En el PAN del Estado de México se ríen de las encuestas que hablan de una caída de ocho puntos de Josefina Vázquez Mota en las preferencias electorales, de cara a la elección de gobernador, el 4 de junio próximo. Hay otras que le otorgan un crecimiento de más de dos puntos, después del primer debate.
“Estamos a tambor batiente. Los distintos trackings que se hicieron después del primer debate le dan el triunfo a nuestra candidata”, nos dice, muy orondo, Víctor Hugo Sondón, coordinador de la campaña de Josefina.

El también jefe del Comité Estatal del PAN jura que nunca se había visto la unidad que ahora tiene el partido en torno a su abanderada en la elección de gobernador. “Hasta Ulises Ramírez está jalando con la candidata”, asegura Sondón.

Y asevera: “si rebasamos 50 por ciento de participación, todo puede pasar”. Información Excelsior.com.mx

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