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Trump visto desde las Seychelles

Víctor Beltri

El lunes de la semana pasada, el Washington Post publicó una pieza en la que exhibía los sucesos alrededor de una reunión que tuvo lugar, apenas en enero pasado, en las islas Seychelles. Los participantes de dicha reunión habrían sido convocados a instancias de los Emiratos Árabes Unidos, y su misión consistía en buscar cómo desarrollar una línea de comunicación trasera entre quien en aquel momento era el Presidente electo de EU y su ahora homólogo ruso.

La acusación es seria. En dicha reunión habría participado Erik Prince, el fundador de Blackwater —la tristemente célebre empresa de mercenarios—, como representante extraoficial de Donald Trump, así como un enviado de primer nivel por parte de Vladimir Putin. Prince y Trump son tan cercanos que, incluso, la hermana de Prince, Betsy DeVos, está a cargo de la Secretaría de Educación del gobierno norteamericano.

Trump y Putin parecen tener intereses inconfesables, pero cuya maraña comienza a ser desentrañada por los servicios de inteligencia y seguridad, así como por una fina y dedicada labor de los medios de comunicación que el Presidente norteamericano ha señalado como un peligro. Los vínculos son cada vez más evidentes, y apuntan a la colaboración mutua para cumplir con los intereses económicos del primero y los geoestratégicos del segundo a través de la presidencia estadunidense, que nunca habría sido un fin sino tan sólo un medio. Esto, en términos llanos, se llama traición a la patria.

Una traición que habría dominado la agenda mediática —y estrechado en consecuencia el cerco alrededor del magnate— de no haber ocurrido el ataque químico en el área de Khan Sheikhun, en la provincia de Idlib, en Siria, justo al día siguiente. El martes 4 de abril, mientras que en Bruselas se llevaba a cabo una conferencia para recaudar fondos para los refugiados sirios, la tragedia de las armas químicas se hizo presente en lo que no puede ser sino una provocación para detonar una serie de eventos de consecuencias insospechadas. Las armas químicas fueron la línea roja delineada —y no respetada en 2013— por Barack Obama, y su utilización es, además de un acto de barbarie, un desafío frontal que está esperando una respuesta: a diferencia de las armas convencionales, que pueden ser utilizadas para situaciones de ataque y defensa, las armas químicas no tienen otro propósito que causar daños incontenibles a la población civil, y por eso han sido prohibidas en la convención internacional que dio origen a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, acreedora en 2013 al Premio Nobel de la Paz.

Quien emplea armas químicas está consciente de que sus acciones serán notorias, condenadas unánimemente por la comunidad internacional, y que muy probablemente darán lugar a una represalia avalada por la sociedad norteamericana, por la naturaleza del ataque y la tibieza reclamada a Obama. Y es muy probable —también— que quien las emplea sepa que, además, está poniendo en bandeja de plata el escenario perfecto para que los dos personajes principales realicen una esgrima de coreografía —y probablemente resuelvan, juntos, el embrollo— mientras se estrechan las manos tras bambalinas.

Steve Bannon —aliado de Prince, de Blackwater— fue echado del Consejo Nacional de Seguridad el miércoles 5 de abril, en medio de un enfrentamiento aparente al interior de la Casa Blanca. El viernes 7 de abril, mientras cenaba con el presidente chino, Xi Jinping, Donald Trump ordenó el ataque a Siria del que avisó a su homónimo hasta el final del evento. La prensa oficial china, al día siguiente y con su presidente fuera de EU, calificó el ataque como el acto de un político débil, y en sus páginas de análisis abunda hasta decir que la única razón del ataque fue para distanciarse de los rusos que tanto le incomodan, de las acusaciones que lo tambalean. De lo que, hace una semana exactamente, alertaba el Washington Post justo antes de que Trump disparara sus primeros tomahawks: los misiles que evitan, a toda costa, las islas Seychelles. Información Excelsior.com.mx

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