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La tradición de la península yucateca en el mundo del fútbol ha sido vasta y extensa a lo largo de la historia, incontables talentos de primer nivel han causado impacto en los equipos en los que han militado a lo largo de las pasadas décadas. Hoy esa tradición se fortalece con el histórico debut del Cancún FC en la Liga de Expansión. La ilusión de la afición de Quintana Roo por volver a contar con un equipo en la primera división del fútbol mexicano está intacta, y se espera que pueda ser este nuevo club el que por fin logre encumbrar al fútbol de la península. Eso sin olvidar a Venados de Mérida, equipo que ya estaba certificado al momento de la desaparición del Ascenso MX.
Los hermanos Vela
En cuanto a jugadores en particular, no hay más grande referente del fútbol de la península que Carlos Vela, quien en este año se convirtió en el máximo goleador de la MLS en una sola temporada. Su hermano Alejandro también tuvo una trayectoria bastante respetable dentro del mundo del fútbol, pero su carrera se limitó solamente a la liga mexicana. El mayor de los hermanos Vela militó en el Guadalajara, Jaguares de Chiapas, Cruz Azul, Atlante, Necaxa, y Venados.
Cuando quedó desligado de este último equipo en julio pasado, anunció su retiro definitivo de las canchas vía redes sociales. La cúspide de la carrera de Alejandro llegó cuando participó en la final contra el América en el 2013, vistiendo la casaca celeste. En el presente torneo Guardianes 2020 el Cruz Azul sigue siendo protagonista, a 25 de agosto es de los favoritos en las apuestas de la Liga MX en Betway.
Durante su estancia con Venados, Alejandro fue un incansable embajador del fútbol de la península, siempre tomó en cuenta a la afición y le dio su lugar, tanto en las buenas como en las malas. Un buen ejemplo es el detalle que tuvo junto a varios jugadores del Guadalajara hacia la afición yucateca, y es que juntos organizaron una dinámica a través de la cual regalaron camisetas del Rebaño Sagrado, cuando los rojiblancos visitaron el Estadio Carlos Iturralde para enfrentarse a Venados en un partido amistoso disputado en diciembre del año pasado.
Otra ocasión en la que los hermanos Vela vieron por la afición y por el fútbol fue cuando se anunció la desaparición del Ascenso MX. Carlos apoyó a Alejandro y a los futbolistas de la división de plata de manera pública a través de redes sociales. El mayor de los Vela arremetió implacablemente en contra de la corrupción de la liga mexicana y les puso nombre y apellido a los culpables de la situación.
El exjugador del Guadalajara señaló a Alejandro Irarragorri, y con justa razón, puesto que una de las motivaciones para eliminar el ascenso y descenso fue beneficiar al Atlas, club que pertenece al Grupo Orlegi y que lleva toda una existencia de mediocridad y estaba condenado a perder la categoría.
El primer ídolo yucateco: Carlos Iturralde
Antes de que los hermanos Vela hicieran su irrupción en el mundo del fútbol, el máximo ídolo del fútbol de la península de Yucatán fue Carlos Iturralde, quien jugó en la primera división durante la década de los años cincuenta, y militó en clubes como el Asturias, el Guadalajara, Necaxa, América, y Atlante. Iturralde era hasta el 2004 el único yucateco en haber jugado para la selección mexicana. Tal es la reverencia que se le tiene a don Carlos en el estado que al estadio de Mérida se le bautizó en su honor. Este inmueble es de los más importantes de Yucatán, junto al Estadio Salvador Alvarado que también se encuentra en Mérida.
Estos tres hombres le abrieron las puertas a muchos futbolistas de la región que han trascendido en la liga mexicana, tales como los hermanos Martín (Freddy y Henry), Miguel Sansores, Carlos Rosel, Ulices Briseño, Carlos Calvo, William Paredes, y Gerardo “Tato” Torres. Pronto serán más los pateabalones surgidos de la península yucateca, quienes seguirán los pasos de los hermanos Vela y del caballero de las canchas, don Carlos Iturralde. Además, sigue pendiente el objetivo de volver a contar con un equipo de primera, lo cual sería la culminación de una larga evolución del fútbol de Yucatán, y por supuesto, un tributo a su tradición.
