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Exorcizando demonios

Por Yuriria Sierra

Ayer fue día de exorcismos. Me explico: han pasado más de seis años. Aquella explanada lució distinta la mañana de este martes. Los estudiantes de la Universidad Iberoamericana no se reunieron para confrontar a un candidato, por el contrario, se instalaron para recibirlo y escucharlo. Ricardo Anaya no se escondió en el baño, como anunció desde que aceptó el diálogo, ese baño que se quedó habitado por fantasmas en 2012.

Auditorio lleno, alumnos listos y con preguntas en la mano. Ricardo Anaya respondió todo; lo mismo sobre inseguridad y corrupción que sobre Margarita Zavala. También se rio con los memes de Ricky Riquín Canallín, pero lamentó que éste fuera el nivel de los candidatos. Fijó postura —mejor dicho, reiteró— sobre aborto y matrimonio igualitario. También sobre Ayotzinapa. Los alumnos lo celebraron. A una campaña tan polarizada no le vienen mal los espacios de diálogo y debate. Por ello, los estudiantes de la Ibero repitieron el ejercicio de 2012 que dejó tan mal recuerdo en la campaña de Peña Nieto. Seis años después, los pendientes del país siguen siendo los mismos, acaso, tristemente, algunos en situación más crítica, pero lo cierto es que el entusiasmo de la juventud en la vida democrática del país es otro, más sustancioso y, claro, más enriquecedor. Qué bueno que Anaya acudió a ellos.

Lo mismo hizo José Antonio Meade. No en la Ibero, sino en la Anáhuac: también acudió a un diálogo con estudiantes. Y sí, también, auditorio lleno. Así de grande es el entusiasmo de los jóvenes de este país, jóvenes que no sólo observan, sino que se involucran con su entorno. Fueron a cuestionarlo. Les respondió y le aplaudieron. Meade también puso su grano de arena en este exorcismo que necesitaban los políticos con el México de la próxima generación. Con lo ocurrido ayer se exorciza un fantasma que la campaña de 2012, el del #YoSoy132, dejó habitando en los pasillos, no de una escuela, sino de la construcción democrática del país.

Y no fue el único exorcismo. Si bien AMLO decidió no acudir con los estudiantes, sí aceptó la invitación de los empresarios, quienes convocaron, uno a uno, a los candidatos. Semanas después de las acusaciones, de los complots, de los desplegados, reacciones, respuestas y protestas de ambos lados, el candidato de Juntos Haremos Historia y el Consejo Mexicano de Negocios se sentaron por más de tres horas para hablar de nuestro país y del futuro que cada uno quiere para él.

“Fue una reunión constructiva, de mucho respeto; se aclararon muchas cosas, fue muy buena la comunicación (…) Hubo acuerdo, hubo conciliación, en el entendido de que el próximo gobierno de México va a representar a todos los mexicanos, a ricos y a pobres (…) Hubo planteamientos francos, abiertos, se ejerció la libertad a plenitud de las partes; no hubo censura, se habló con claridad, con autenticidad…”, dijo AMLO al salir de la reunión en la CDMX. Limadas asperezas, pues. La campaña de López Obrador parece dejar atrás la confrontación, que se vale durante una contienda, pero de igual forma debe llamar a la conciliación. Las diferencias se exponen porque deben ser resueltas, sobre todo en un entorno internacional en el que se requerirá a los actores políticos y económicos del país tomando decisiones de manera muy acompañada y no confrontados. No cuando Trump y sus delirantes decisiones pueden poner en riesgo tantos empleos y la estabilidad en nuestro país.

ADDENDUM. Después de más de dos meses de que llegaron a la Sala Superior del Tribunal Electoral las impugnaciones sobre los registros de Miguel Ángel Mancera y de Napoleón Gómez Urrutia a la lista de plurinominales al Senado, finalmente la presidenta de dicho Tribunal, Janine Otálora, propondrá hoy a sus pares darles a ambos el registro. El caso de Mancera puede ser explicable por la emergencia que debió atender debido al terremoto. Pero el caso del líder minero de plano es incomprensible. Argumentan (y no sin razón) que por vivir prófugo no cumple con el requisito constitucional de contar con un modo honesto de vivir, que, al adquirir la nacionalidad canadiense para evitar ser extraditado, le hace cumplir el mandato constitucional no haber adquirido otra nacionalidad, y el ser del dominio público que no ha pisado el territorio nacional en más de diez años le impide contar con el requisito del año de residencia. ¿Será que ahora la presión de la probable llegada de AMLO al poder ya está causando efectos para encontrar interpretaciones cantinflescas de la ley, que claramente violan la Constitución y le permitirán a Napito hacerse del tan necesitando fuero? Es pregunta para la presidenta del Tribunal. Información Excelsior.com.mx

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