Identidad o desaparición, el reto…

Por Enrique Aranda

El fortalecimiento y eventual éxito, particularmente electoral del Frente Ciudadano por México (FCM) alentado por las dirigencias de Acción Nacional, de la Revolución Democrática y de Movimiento Ciudadano es directamente proporcional, en opinión de analistas y observadores de prácticamente todas las tendencias, a la paulatina dilución y final desaparición de las organizaciones partidistas que lo integran: PAN, PRD y MC para, en el mejor de los casos, dar vida a una nueva entidad.

La sola aceptación por parte de unos y otros de dejar de lado principios y valores, propuestas de fondo, doctrina o, incluso, visiones estratégicas, con tal de avanzar en la elaboración de una plataforma común que, ignorando “lo propio de cada uno, lo que le define y da sentido…”, abone a posibilitar la constitución del antinatural engendro concebido por sus actuales liderazgos, es apenas un primer paso en la ruta que, finalmente, y más aún en el supuesto de que ganara las presidenciales de 2018, les llevará a su muerte.

Una primera evidencia del avance del blanquiazul, por ejemplo, hacia su eventual dilución por pérdida de identidad, no es otra que la grave fractura de la sacrosanta unidad panista que, más allá del abandono de sus filas por la (entonces) más aventajada de sus aspirantes a la candidatura presidencial, Margarita Zavala Gómez del Campo, representa el incontenible desgaste por goteo que sufre, merced a la renuncia de no pocos de sus otrora liderazgos más reconocidos, convencidos de que “el PAN al que entramos ya no existe”…

Nada muy distinto sucede, y no sólo a causa de la decisión de avalar el absurdo del Frente partidista, ocurre al interior del perredismo que, a fuerza de ser sinceros, ve en el mismo su (ya única) tabla de salvación ante la eventual pérdida de registro por abandono de sus principales liderazgos sí, pero más por el exponencial crecimiento de su contraparte, el lopezobradorismo moreno, cuyas filas pasan a engrosar cada vez más de sus desilusionados y confundidos militantes. Del Movimiento Ciudadano que, más que partido es una alternativa para la búsqueda de poder y los beneficios que conlleva el mismo, poco o nada hay que decir.

Huelga decir que de lo expuesto, de la eventual dilución y/o desaparición de los partidos promotores del Frente Partidista, perdón, Ciudadano en aras del fortalecimiento de este y su triunfo en 2018, tanto el indefinido Ricardo Anaya como la saliente Alejandra Barrales y, particularmente, el cuestionado Dante Delgado están absolutamente conscientes, amén de que, a fuerza de ser sinceros, ni principios ni valores ni doctrina y/o compromiso ideológico alguno les motiva y mueve tanto, como lo hace el poder…

Al tiempo.

ASTERISCOS

* Digno de mención, ahora que tan poco tenemos de eso, el reconocimiento que la Universidad de Chicago —sede de 13 Premios Nobel— otorgó al titular del IMSS, su exalumno de maestría, por sus innovaciones en políticas públicas en Cofepris y el propio Instituto. Acompañado por su esposa Jimena Galindo, el viernes, Mikel Arriola recibió el Professional Achievement Award que, antes, mereció Agustín Carstens. Enhorabuena…

* Superado, en apariencia al menos, el diferendo que les confrontó durante toda la pasada semana, Emilio Gamboa Patrón explicitó que para los senadores priistas, la Ley de Ingresos constituye un instrumento que garantiza los recursos necesarios para financiar el desarrollo y generar condiciones para promover empleo y desarrollo social.

* En 49 días, el Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot), que lidera César Alberto Martínez Baranda, entregó ya un total de 285 millones de pesos en apoyo crediticio a 14 mil 785 trabajadores damnificados por los sismos en Puebla, Chiapas, el Edomex, Morelos, Ciudad de México, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Guerrero. Bien…

Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.

Twitter: @EnriqueArandaP

Información Excelsior.com.mx