Incertidumbre

Por Yuriria Sierra

La próxima semana, la agenda apuntará a Washington, D. C. Aún sin la confirmación de Justin Trudeau, la región verá dos rostros, el del Presidente que busca su reelección y el de otro Presidente, que argumenta un viaje de trabajo para ayudar a aquel otro a mejorar su imagen frente a un electorado cada vez más asertivo y reticente al discurso de provocación, aunque nos digan lo contrario.

El T-MEC es para ambos el pretexto para el encuentro. En vigor desde el miércoles pasado, el nuevo acuerdo comercial marca un hito histórico, sí, pues significó una labor de muchos meses en su negociación sobre una de las regiones comercialmente más activas del planeta, aunque también comienza a operar en medio de una de las crisis más complicadas que el mundo moderno ha visto. La pandemia por el covid-19 no sólo puso pausa a la vida que conocíamos hasta hace unos meses, sino que también paró la economía y trajo consigo una ola de efectos secundarios que han asomado ya sus señales. El tratado sí es una gran oportunidad para Norteamérica, para México, pero a diferencia de lo que expresa Andrés Manuel López Obrador, tampoco funcionará por sí solo.

“Formamos parte de una región del mundo que es estratégica por el peso económico y la posibilidad que tiene del fomento al comercio (…) Los informes oficiales de crecimiento económico van a reflejar la caída de abril-junio, pero ya puedo decir con seguridad que a partir de este mes empezamos a recuperarnos en lo económico y esa es una muy buena noticia…”, expresó ayer en Palacio Nacional, pero tal como lo hizo en su informe por los dos años de su triunfo electoral, olvida que para que la reactivación económica tome ritmo, ésta debe ser incentivada por la confianza, justo lo que menos ha hecho su gobierno.

“La economía podría contraerse más del 10% para fin de año. Los desafíos que enfrenta México en 2020, han despojado a López Obrador de cualquier apariencia de competencia. Continúa viajando para promover su proyecto de tren, se niega a usar cubrebocas y asegura que el virus ha sido domado (…) México está en problemas porque López Obrador no tiene un plan viable para enfrentar la triple crisis: el empeoramiento de sus problemas de seguridad, la pandemia fuera de control y un colapso económico en desarrollo…”, escribe Nathaniel Parish Flannery en Forbes.

Trump incluso entenderá mejor la importancia de las inversiones y la generación de confianza, a eso se ha dedicado toda su vida. Ésa es la gran desventaja de Andrés Manuel López Obrador: su desconocimiento de cómo opera un mundo globalizado. Otro de sus errores es su renuencia a entrar en él, a creer que mirar al futuro es un acto de neoliberalismo imperdonable, pero aun, estar orgulloso de ello, porque convirtió una “lucha democrática” en otra más utópica, en la que no se permite nada que no esté escrito en su discurso o donde, más bien, no tiene margen de maniobra para justificar sus decisiones. Cómo dar confianza a los inversores extranjeros si no ha dado apoyo a quienes, siendo de país, enfrentan un futuro incierto por la pandemia. La región celebra el tratado, pero también espera un golpe de timón, que apunte a nuestro país verdaderamente a la inversión. Información Excelsior.com.mx