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Los siete errores de la oposición

Por Víctor Beltri

México es un gran país, que se enfrenta a una paradoja en apariencia infranqueable. Mucho se ha hablado sobre los errores del Presidente en funciones: muy poco, sin embargo, sobre los errores de la oposición.

El primer error es el diagnóstico. El Presidente es un personaje mesiánico, sin lugar a dudas, pero su popularidad obedece a razones mucho más mundanas —y comprensibles— que su posible identificación con un líder religioso. El Presidente no es popular por otra razón sino porque reparte dinero, a manos llenas, a la gente que más lo necesita, mientras que les engaña con el cuento de que, el dinero que reciben, se le está quitando a los corruptos para repartirlo ante los pobres.

La oposición no ha sabido entenderlo. La popularidad del mandatario no es tanto una cuestión religiosa como una cuestión de intereses, y —sobre todo— de la desconfianza acumulada durante décadas en contra de los partidos y los personajes que, en el presente, pretenden descalificar —a cada momento— no sólo las políticas, sino cualquiera de las provocaciones del Presidente. En eso consiste, en términos llanos, el segundo error de la oposición: el futuro del país está comprometido, pero el discurso de los políticos al frente de los partidos no parecería tener más prioridades que recuperar el poder y todo aquello que han perdido. Por eso la aprobación del mandatario, por eso el éxito miserable de los partidos en su contra.

La gente recibe dinero, los partidos ofrecen críticas y mezquindades; el Presidente se burla de sus adversarios en cadena nacional, la oposición recicla —y reúne— a los personajes de siempre. Hemos caído, sin más, en el falso dilema —planteado por el mandatario— de la honestidad sobre la eficiencia. El tercer error de la oposición aterriza en nuestros arquetipos más profundos, sin pretender resolverlos: “Somos pobres, pero honrados”; “nosotros los pobres, ustedes los ricos” o, en la versión más actualizada, “la señorita no sabrá leer, pero no es mentirosa”. La oposición califica los ridículos, y las burlas continúan: el licenciado, mientras tanto, sigue gozando de una popularidad a prueba de fuego. ¿Cómo espera la oposición competir, con éxito, en esos términos?

¿Cómo recuperar la credibilidad? La oposición al gobierno es mucho más que la suma de los partidos con representación en el Congreso, y haberlo olvidado es —sin duda— el cuarto error de quienes se han declarado abiertamente en desacuerdo con la administración en funciones. De nada sirve una alianza que no representa a nadie, y es más que claro que sus acuerdos copulares tendrán tanta fortaleza como aquella de los liderazgos que los suscriban: tanta relevancia como la de su aprobación entre el electorado. Los partidos van a la baja, y —en términos muy coloquiales— no han sido capaces de sacar un perro de una milpa.

La iniciativa privada ha optado por hacerse a un lado, como si todo fuera a cambiar en cuanto termine esta pesadilla, pero el quinto error de la oposición ha consistido —precisamente— en suponer que todo esto es una cuestión de partidos, un paréntesis tras el que todo habrá de volver a la normalidad en unos cuantos años. Y no es así. Los factores detrás de las fuerzas de oferta y demanda han cambiado; el mercado interno se distorsiona, y los empresarios son perseguidos mientras que sus industrias continúan quebrando, en un clima de incertidumbre jurídica que les pone en desventaja frente a sus competidores. Podemos seguir así, hasta que todos quiebren: ¿en qué momento dejará de tener miedo la iniciativa privada?

El sexto error le corresponde a la prensa, al servir como la caja de resonancia de un demagogo que, sin escrúpulos, la ha utilizado para desinformar al tiempo que logra sus fines: los titulares del día bastan para comprobar la importancia que le prestamos a la caída de nuestras instituciones y nuestra democracia. El séptimo error lo cometimos todos, al seguirnos dividiendo cuando tendríamos que estar más unidos: por lo visto, lo que necesitamos es un tirón de orejas. Información Excelisior.com.mx

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